Por Juan Tomás Valenzuela
El mudo de Arroyo Cano
y el matatán de Gurabo,
tán como Quico y El Chavo,
luchando en un mano a mano.
Este par de maca…
de manera inoportuna,
andan suelto en sus comunas,
sabrá Dios, detrás de qué,
en tetéo y tequeté
sin ponerse la vacuna.
Quienes debían ser modelos
de cordura y de civismo,
andan metido en lo mismo,
queriendo levantar vuelo.
Estos dos Diablos cojuelos,
sin dos meñiques de frente,
pululan entre la gente
detrás del Edén perdido,
en un intento fallido
de seguir siendo influyentes.
En medio de una pandemia
que ataca todo el planeta,
Hipólito y Juan Bragueta
entienden que el tiempo apremia.
Si la estupidez se premia,
estos son dos ganadores.
Ya que mientras los doctores
andan tras de sanación,
el ungido y el bribón
andan mendigando amores.
La actitud irresponsable
de estos dos pelafustanes
dista mucho de los planes
de un presidente confiable.
Con saber que ya hasta Amable
se ajeringó sus dos dosis,
los pacientes de halitosis
que motivan este escrito,
andan por áhi… jodiendito,
al borde de una esclerosis.
Juan de los Palotes
3 junio 2021